IQBAL MASIH


Iqbal Masih era un niño pakistaní que fue cedido (cuando tenía 4 años) por su padre a un fabricante de alfombras a cambio de un préstamo de 600 rupias (el equivalente a unos 6 euros), que éste necesitaba para hacer frente a los gastos de la boda de su hijo mayor.

En Pakistán las familias llevan a cabo muchos sacrificios para casar a los hijos mayores y asegurar una honorable descendencia. Las familias contraen deudas con acreedores mediante el paishgee, una especie de préstamo que se devuelve a través del trabajo de la descendencia. Éste fue el caso de Iqbal, que al ser intercambiado por el préstamo de su familia se vio obligado a realizar jornadas laborales en el telar de quince horas, en durísimas condiciones, y además era encadenado y golpeado.

Según la costumbre pakistaní, los patronos recuperan el dinero prestado descontando la mitad del salario mensual acordado con sus obreros esclavos, quienes están obligados a permanecer a su servicio hasta la restitución total de la deuda. Si alguien abandona a su patrón sin haber reembolsado la cantidad de su paishgee, como sucedió con Iqbal Masih, comete una falta que le marca para siempre. Así que los intereses de la deuda del padre de Iqbal aumentaban, por lo que en lugar de volver con su familia, Iqbal permaneció varios años en la esclavitud.

Una organización india, el Frente de Liberación de Trabajo Forzado había comenzado a dejarse oír en Pakistán e India, intentando varios procesos contra el gobierno federal y contra los propietarios de telares que empleaban a niños o a trabajadores esclavos. Este sindicato se unió con el Frente de los Trabajadores de Ladrillos y se formó el BBLF. El patrón de Iqbal cedió a las demandas de la organización, y poco después consintió a que Iqbal se marchara. Era 1992, e Iqbal tenía 10 años. Había pasado seis años trabajando como esclavo en un telar y ahora era libre. Las durísimas condiciones que soportaba afectaron a su crecimiento, y a esa edad Iqbal tenía la estatura de un niño de 6 años, con una pronunciada curvatura en la espalda y los dedos agarrotados.

Asistió a mítines sobre derechos humanos y su vida cambió radicalmente. A partir de ese momento, con el apoyo de ese sindicato se dedicó a denunciar la situación de esclavitud en que vivían otros muchos niños de su país. Denunciaba a los patronos de los telares en sus mítines y en reportajes de televisión emitidos en India, Pakistán y en todo el mundo, con un mensaje: “¡No compren alfombras! ¡Son confeccionadas por niños!”.

Iqbal se convirtió en el portavoz y el icono de este sindicato, que cada vez presionaba más al Gobierno pakistaní para que tomase medidas en contra de la explotación de los niños en trabajos forzados. Participó en campañas internacionales y viajó a Suecia y Estados Unidos para denunciar la situación de los niños trabajadores.

En otoño de 1993, la campaña del BBLF en Estados Unidos dio sus frutos. La Cámara Alta norteamericana aprobó una proposición de ley prohibiendo las importaciones de productos fabricados por niños menores de 15 años, provocando el pánico en el Ministerio de Trabajo de Pakistán y la Confederación de los Negociantes de Alfombras de Lahore. El frágil niño pakistaní comenzó a resultar incómodo para mucha gente.

Iqbal fue asesinado el 16 de abril de 1995, cuando tenía 12 años, mientras montaba en bicicleta con unos amigos en los alrededores de Lahore. En 2000, a título póstumo, se le concedió el "Premio de los Niños del Mundo".

Su martirio supuso esperanza para el mundo, para los débiles, para los esclavos. Su vida entregada sigue dando frutos. Nosotros, que conocimos su historia no podíamos quedarnos de brazos cruzados así que quisimos aportar nuestro granito de arena y continuar la tarea que nos dejó Iqbal, un chaval como nosotros, que luchó.

Puedes encontrar más datos sobre la vida de Iqbal aquí:

http://www.solidaridad.net/iqbal/index.php

También la editorial voz de los sin voz ha editado diversas biografías. Puedes pedírnoslas para ti y tus amigos, búscanos en la web (www.solidaridad.net)