miércoles, 3 de agosto de 2016

Oración de la mañana

Contemplando esta escena rezamos juntos la "Oracion al Cristo del Calvario" de Gabriela Mistral

Lloraban desesperados cuando les rescatamos. ¡Mamá, mamá!, gritaban sin parar. Para estos niños, hermanos entre sí, no había consuelo a pesar de haber sido rescatados de la barca en la que viajaban hacinados con más de un centenar de personas en medio del mar.
Habían recorrido el camino desde Nigeria con su madre. Ella había enfermado en la huida y nadie le auxilió. Sangraba continuamente por la nariz pero no recibió ninguna ayuda. Poco antes de embarcar en las costas de Libia, los pequeños la vieron morir ante sus ojos. Nada podrá curar el dolor y el vacío de esa pérdida para ellos. Infancias rotas, marcadas por la tragedia para siempre, y lo que les queda por vivir.


Fotos: Santi Palacios Texto: Proactiva Open Arms



En esta tarde, Cristo del Calvario, 
vine a rogarte por mi carne enferma; 
pero, al verte, mis ojos van y vienen 
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados, 
cuando veo los tuyos destrozados? 
¿Cómo mostrarte mis manos vacías, 
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad, 
cuando en la cruz alzado y solo estás? 
¿Cómo explicarte que no tengo amor, 
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada, 
huyeron de mí todas mis dolencias. 
El ímpetu del ruego que traía 
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada, 
estar aquí, junto a tu imagen muerta, 
ir aprendiendo que el dolor es sólo 
la llave santa de tu santa puerta.

Amén,

No hay comentarios:

Publicar un comentario