Vivimos en un mundo donde millones de seres humanos son víctimas de una organización política, cultural, económica y social salvaje, inhumana”. Además en estas marchas se ha puesto de manifiesto que “Es una realidad que una mayoría de la población del planeta, con su trabajo, su esclavitud y su miseria está financiando el bienestar de una minoría y el reflote del sistema financiero que nos sigue aplastando”.
A lo largo de esos años hemos gritado con contundencia que estamos ante una auténtica guerra de poderosos contra débiles y por eso llevamos una pancarta que lleva escrito el grito del ¡No matarás! en solidaridad con los empobrecidos de la tierra.
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