En este momento, en África, en las minas, hay un niño de siete años sacando coltán, para que nosotros podamos llevar un móvil en nuestro bolsillo o una niña que lleva diez horas en una fábrica haciendo las camisetas que nosotros llevamos.
En el mundo hay 400 millones de niños esclavos y no es noticia en los periódicos.
El paro y la esclavitud infantil son dos caras de la misma moneda. Por un lado, está el joven que se suicida porque no tiene trabajo y por el otro, un niño en china que hace nuestros móviles. Por un lado está el joven explotado que todos conocemos y por el otro, una niña prostituida en las calles de Madrid. Por un lado, Amancio Ortega, dueño de Zara, segunda fortuna mundial; por el otro, miles de denuncias por esclavitud infantil a esa misma empresa.
En el mundo hay 400 millones de niños esclavos y 1.600 millones de parados. Nos parece que son 2.000 millones de razones para ponernos en acción.
¿Hay 2.000 millones de inconvenientes, 2.000 millones de razones para no hacer nada, para no luchar?
No, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario